La Cultura es el alma de nuestro pueblo, es por ello que debemos respetarla, cuidarla y sobretodo difundirla, así, veremos crecer nuestras raices y podremos volar teniendo los pies bien plantados sobre la tierra. Desde San Francisco de Campeche, México, les doy la bienvenida y me pongo a sus órdenes como instructor de la Danza Folklorica de mi Estado y ofrezco este espacio para que, entre todos, la hagamos de calidad y enriquezcamos nuestros valores.
La música y danza folklórica de la Península puede considerarse como la más auténtica de la República, con aceto y carácter propios.
La influencia española que dio origen al Fandango, Fagnuillo, Pavanas, Chaconas, Zarabanda, Seguidilla, Jarabes, Jarabillos y lo que ahora llamamos zapateado es el baile por excelencia del pueblo campechano.
Desde 1815, se celebraban en Campeche los alegres Saraos (palabra de Origen Portugués, adoptada en España cuando ambos paises formaban una sola nación) que significa Fiesta de Gran Gala con música y danza, la influencia española en la manera de divertirse es inconfundible en las llamadas gente de distinción y se efectúan por la tarde y en los salones de las casas de familias principales, poco despues se convirtieron en auténticas fiestas populares y se efectuaron en los distintos barrios de Campeche, en donde participaban gente de todas las Clases Sociales.
Estas costumbres trasportadas a las cálidad y maravillosas tierras de Campeche, dieron también origen a las llamadas "Fiestas del Palmar" valga de ejemplo las visitas a los barrios de San Francisco y las fiestas de San Román en salones improvisados en las cercanías de sus playas con el adorno natural de redes tendidas y enramadas de palma de coco.
La mujer campechana, especialmente la que vivía dentro del recinto amurallado, vistió al principio el "huipil", con una blusa o camisa que conserva la misma hechura de la parte superior del huipil original, la blusa se borda a mano con hilos negros al rededor del cuello, de forma cuadrada y de las mangas y del cuello. Los motivos que se bordan están inspirados en las flores de cebolla y calabaza; la primera es más vistosa y más rica en belleza, plasmándose sobre el fondo bordado de lino un bordado de hilo de algodón negro con los símbolos del escudo de la ciudad, murallas y naves con velamen en actitud de arribo. La orilla del cuello y de las mangas lleva un breve encaje que confeccionan con hilos negros y con la misma aguja que han bordado el "punto de cruz". Este encaje se denomina "puntillo" y algunas personas lo llaman "lomillo". La falda o saya que llega hasta los tobillos es de percal o zaraza, tafeta fina estampada o brocado español, a veces termina con un olán de la misma tela al cual le llaman "arandela". Debajo de la saya lleva una pollera blanca (la mujer campechana es por naturaleza impecable y limpia), llamada enagua, recogida al igual que la saya. Complementan el traje un hermoso reboso de Santa María, que saben llevar con gran garbo; este reboso ha sustituido definitivamente la pañoleta o mantilla que anteriormente se portaba. Por último las chanclas o chancletas, confeccionadas en suela dura y charol negro sobre en que se afanan los zapateros con bordados en hilera blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario